EL MISTERIO DE ROANOKE

LA INEXPLICABLE Y MISTERIOSA DESAPARICION DE ROANOKE

En 1583 se fundó la primera colonia inglesa estable en ultramar, en la isla de Terranova. Sin embargo, estaba demasiado al norte para poder establecer plantaciones allí y para servir de puerto a las barcos que atacaban a los galeones españoles que transportaban los tesoros que extraían de las minas de Sudamérica. La reina Isabel I tenía mucho interés en ampliar el Imperio Británico estableciendo asentamientos en el Nuevo Mundo... y que fueran rentables y útiles en su lucha contra España por el control del Caribe y las costas de América.

Así que en 1584 la “reina pirata” ordenó al corsario Sir Walter Raleigh que organizara una expedición con el objetivo de localizar un buen emplazamiento en América del Norte para fundar una colonia británica allí, además de recibir un cheque en blanco para colonizar cualquier tierra “que no estuviese ya en posesión de ningún príncipe cristiano”. Dicho de otra forma, cualquier territorio no ocupado por España. A cambio, la Corona recibiría el 20% de todas sus ganancias ilícitas. Lo que quería Isabel, y así se lo hizo saber a Rayleigh en privado, es que estableciera una colonia al norte del Caribe para que operara como base para atacar a los barcos camino de España. Aunque la tarea, evidentemente, no fue nada sencilla, el lugar elegido fueron los Outer Banks de Virgina, un grupo de islas unidas por playas cercanas al continente y con recursos naturales, perfecto para controlar el paso de los galeones españoles. Así, 108 colonos desembarcaron en la isla de Roanoke (hoy en el condado de Dare, Carolina del Norte) en agosto de 1585, y los barcos partieron con la promesa de llevarles suministros en abril del año siguiente. Pero llegó junio y los barcos no aparecieron. Por suerte Drake hizo una escala en la isla a mediados de junio, después de que perdiera las dos terceras partes de su tripulación a manos de la malaria. Cuando llegaron los barcos de reabastecimiento la colonia estaba desierta, así que se quedaron quince marinos con el objeto de seguir manteniendo presencia inglesa en la zona.


Un año después, en 1587, Raleigh envió un nuevo un grupo de colonos, dirigido por el John White, amigo de Raleigh, para que se establecieran al norte de la isla, en la bahía de Chesapeake. La expedición estaba formada por 91 hombres, 17 mujeres y 9 niños. La idea era recoger a los hombres que se habían quedado en Roanoke y establecerse como colonia. Pero lo único que encontraron cuando llegaron fue un esqueleto. El capitán de la flota ordenó a los colonos que se quedaran allí y mantuvieran la colonia. El 18 de agosto de 1587 una buena nueva tuvo lugar: nació el primer inglés en suelo norteamericano, Virginia Dare, la nieta de John White. Las necesidades de la colonia iban en aumento y White regresó a Inglaterra en busca de reabastecimientos para la colonia. Cuando zarpó dejó en Roanoke 117 personas y dos bebés.

En casa las prioridades estaban claras: era más importante la guerra con España que dar de comer a un centenar de súbditos perdidos de la mano de Dios. Así que se requisaron todos los barcos existentes para poder enfrentarse a la temida Armada española. En ese tiempo lo único que encontró White para intentar volver fueron unos pequeños buques cuyos capitanes estaban más interesados en asaltar galeones españoles en su travesía que llegar a Roanoke. El tiro les salió por la culata, y los saqueadores fueron saqueados, teniendo que volver sin nada a Inglaterra. En 1590 la única opción que le quedó a White fue unirse a una expedición de corsarios que le dejarían Roanoke.


Cuando desembarcó no encontró a nadie. La colonia estaba desierta. No había indicios de lucha ni de incendio, y daba la impresión de que todo había sido desmantelado y retirado de manera sistemática. Lo único que encontró fue la palabra Croatoan grabada en el único poste que seguía en pie, y las letras Cro grabadas en el tronco de un árbol.

¿Qué pasó en Roanoke? Muchas han sido las hipótesis que han intentado explicar su desaparición: quizá fueron asesinados o secuestrados por nativos de la zona, puede que intentaran regresar a Inglaterra por su cuenta y se perdieran en el mar, o que a falta de provisiones marcharan tierra adentro y se mezclaran con alguna una tribu que les acogiera. De hecho, a finales del siglo XVIII, se hablaba de la existencia de una tribu de indios que hablaban un inglés fluido y profesaban la religión cristiana. Con esta sospecha en mente, en 2007 se empezó a trabajar en la recolección de muestras de ADN de la familias de la zona para estudiar posibles parentescos con aquellos primeros colonos.

En cualquier caso, actualmente la investigación en Roanoke está centrada en la búsqueda de restos arqueológicos. Mark Horton de la Universidad de Bristol, inició las primeras excavaciones y Nick Luccketti, de la First Colony Foundation, es el responsable la segunda. Todo hacer pensar que los colonos se dividieron en dos grupos, y que se unieron a comunidades indígenas de la zona. Desde finales de los años 90, en el sitio donde estaba Roanoke se han encontrado piezas arqueológicas de lo más variadas: un anillo de oro de diez quilates con un león grabado, un pequeño trozo de pizarra que posiblemente fuera utilizado como una tabla de escritura, un gran lingote de cobre o una larga barra de hierro. Pero ninguna pista de lo que le pudo suceder a la primera colonia inglesa en el Nuevo Continente.

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